LA LUZ ENTRA POR LA HERIDA




“Hay quienes tratan de ahogar su sufrimiento entreteniéndose en juegos para pasar el tiempo y no sentir su tristeza. Otros prefieren negar que están tristes y no reconocen en absoluto que se están tragando las lágrimas.”
– Un Curso de Milagros


Cuando empiezas tu camino de crecimiento personal, en ocasiones parece que todo en tu vida empezara a empeorar. Lo que he aprendido es que las cosas no se ponen peor, sino que ahora las estás mirando con una luz poderosa que resalta y revela todo lo que causa dolor. Lo que antes no te atrevías a mirar, ahora lo ves claramente. En esa claridad está tu milagro.


Hoy quiero compartir contigo 5 ideas que te ayudarán a ponerle fin a los patrones de experiencias negativas que se repiten en tu vida. Hoy puedes dejar de perder el tiempo preguntándote “por qué” y puedes empezar el verdadero proceso de aceptación y sanación. Tu puedes vivir una vida más ligera, pero usualmente, esa ligereza está al otro lado de enfrentar y sanar un dolor.



1. TU PODER ESTA EN EL MOMENTO PRESENTE.

Una trampa del ego para mantenerte en el mismo lugar es hacerte evadir la realidad de tu vida ahora mismo. Evadir el momento presente es un hábito mental negativo para que no experimentes el milagro que habita en este instante.

Una manera de derrotar esta trampa del ego es aceptar que estamos en el momento perfecto para nuestro crecimiento. Esto no quiere decir que dejamos de trabajar por expandir nuestra vida, pero aceptamos que hasta el momento más difícil tiene una lección necesaria para nuestra vida.

Esta afirmación puede ayudar:

“Hoy renuncio a idealizar y anhelar que estuviera en otro tiempo, en otro lugar, con otra persona y con otras condiciones. Mi mayor poder es mi acción en el momento presente.”

Escucha esta Meditación gratis: “El Momento Presente.”


2. DEJA DE RESENTIR TU HISTORIA PUES ESTA TE HA HECHO QUIEN ERES HOY.


Tus errores son tu sabiduría. Tu dolor pasado es tu compasión de hoy. Tu proceso alimenta tu deseo de ayudar a otros. Tu herida y tu superación de la herida son tu historia para que puedas ayudar a despertar a otros.

Toma tiempo sanar de una herida física y también toma tiempo sanar de una herida emocional. Así como nuestro cuerpo tiene inteligencia infinita para recuperarse de una enfermedad o una herida, nuestra mente y nuestro espíritu también tienen inteligencia infinita para sanarse.

Lastimosamente muy pocas veces permitimos que la recuperación mental y emocional cumplan su ciclo. Cuando tenemos una experiencia difícil, de inmediato nos diagnosticamos con depresión o nos medicamos con pastillas, alcohol, compras compulsivas, romances pasajeros, entretenimiento, rabia, aislamiento, etc. Hacemos todo lo posible por ocultar el dolor con cosas que lo hunden en lo profundo de nuestro ser. Estos remedios pasajeros jamás podrán traer la verdadera sanación.


“¿Sabes lo que pasa cuando ignoras o medicas una herida emocional? ¡Se continúa repitiendo en tu vida!”


Una forma auténtica y veraz de procesar un dolor es:

  • Aceptar que ya no puedes evadir esta lección
  • Acepta lo que ha pasado
  • Reconoce los sentimientos que estás sintiendo
  • Reconoce que esta situación es pasajera y que no es tu fin
  • Reconoce que esta es solo una historia y que no define quien eres
  • Toma responsabilidad por tu parte en esta situación
  • Pide el milagro de la sanación a Dios y al Universo con un corazón dispuesto
  • Recibe la guía divina para tu vida
  • Ten la convicción que naciste para ser feliz y que esto también pasará.

¿Será fácil? No. Pero será verdadero y te convertirá en una persona que usa las herramientas mentales y espirituales para sanar su vida. Dejarás de desperdiciar tu vida dándole el poder de tus emociones a personas y recuerdos que hacen muy poco por ti.


3. DEJA DE CULPARTE POR ALGO QUE YA DIOS TE PERDONO.


Desde pequeña me metí en problemas porque me gustaba cuestionar a la autoridad y a las creencias religiosas. Siempre fui una buscadora incansable; a los 13 años era la ayudante del sacerdote en una iglesia católica en Barranquilla. A los 15 ya estaba en una iglesia Cristiana sumergida hasta el cuello en compromisos y reglas. Yo lo que realmente quería era conocer a Dios, conocer esa paz de las que algunos hablaban, pero parecía que era imposible de sentir. Con el tiempo, me di cuenta que el Dios del que hablan los hombres no tiene nada que ver con el verdadero amor compasivo y constante de Dios.
Dios no te ve como un ser culpable y dañado que necesita castigo. Eso lo han inventado los hombres. Dios te ve como su hijo que aveces falla y necesita corrección. De corrección a castigo se pueden evitar muchos traumas. Mientras yo mire a Dios y admita mis errores genuinamente, pidiendo perdón por las personas a las que he herido, el poder milagroso del perdón y la gracia siempre será derramada sobre mi. Yo siempre tendré el chance de empezar una y otra vez, tantas veces como falle. Así de infinita es la misericordia de Dios.


4. TU PUEDES CORREGIR Y COMPENSAR TUS ERRORES ESPIRITUALMENTE.

Una forma sencilla y poderosa de liberar poco a poco la culpabilidad y el peso de tus errores pasados es esta oración basada en el libro “Un Año de Milagros” de Marianne Williamson:

“Yo corrijo en mi corazón todos los errores que he cometido, mi irresponsabilidad y crueldad con otros, mi pereza y mentiras, el daño que he causado a mi mismo y a los demás. Hoy pido por aquellos a quienes he herido, y pido que sean curados del dolor que les causé. Me comprometo a ser mejor persona, a levantarme donde he caído, a brillar donde he permitido a la oscuridad apoderarse de mi.”


5. EN TU INDEFENSION ESTA TU FORTALEZA.



Hoy, dedica tiempo a dejar a un lado el escudo y defensa que de nada te han servido. Este escudo con el cuál te defiendes del mundo es seguramente un resultado de no procesar un dolor o herida antigua.

¿Cuál es tu escudo? ¿Cuál es tu espada? ¿Estás siempre listo a reaccionar? ¿Estás siempre preparado para ganar las discusiones? ¿Alguna vez te has sentido mejor después de ganar una pelea? Yo jamás.

Nuestra actitud defensiva solo logra sabotear nuestra paz. La indefensión reconoce una fuerza tan inmensa que ante ella cualquier ataque es absurdo. Cualquier actitud defensiva implica que te sientes débil y atacado. No hay mejor batalla que la que no tienes que luchar. Entrega tus armas antes que empiece y así tienes mucho más chance de ganar la buena voluntad de tu contrincante.


“La luz entra por la herida” es una frase del gran poeta Rumi del siglo 13. Qué gran verdad y qué gran revelación puede contener esta frase tan sencilla. Hoy no te de miedo tener conversaciones profundas que importen. Ya hay demasiado contenido vacío en este mundo. Hoy te animo a procesar tus heridas pasadas de forma auténtica y real. Esto no te hará débil, por el contrario, esto te hará un humano mejor preparado para cumplir con tu rol en la sanación del mundo.


Gracias por leer “La Luz Entra Por La Herida.” ¿Te ves identificado en alguno de estos pasos? ¿Ya reconoces donde has estado ignorando tu dolor? ¿Estás dispuesto a abrir la herida y sanar para siempre? ¡Déjame un comentario y compártelo con alguien que lo necesite!



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